domingo, 14 de febrero de 2021

El que no encajaba

        El relevo se produjo en los cincuenta. El mundo cambiaba y el cine lo hizo también. Los dioses estaban cansados y pasaron el testigo a las nuevas generaciones. Otros rostros y otras formas de actuar iban a llenar la siguiente época, que se caracterizó por el fugaz brillo de sus algunas de sus más prometedoras estrellas. Iban demasiado deprisa y algunas se quemaron en su propio fulgor sin darse tiempo para madurar. Unas desaparecieron bruscamente, y otras se metaforsearon para seguir diferentes trayectorias.



Clift se quedó en el camino y todavía no nos hemos recobrado de su pérdida. Los moralistas de siempre afirman que se lo tenía merecido, pero los románticos preferimos repetir aquello de que “sólo los grandes mueren jóvenes”. Y Clift era grande; no un gigante ni un salvaje; no estaba marcado por el odio, y su rebeldía tenía una causa: su seria dedicación a la carrera que el destino le había adjudicado.

Como suele suceder, la perfección en una faceta de la vida acarrea un desequilibrio en el resto. Lleno de complejos, buscó los remedios más variados para hallar el apoyo que le faltaba y sentirse seguro de sí mismo. La eterna duda, la desconfianza hacia todo y hacia todos, una ingenua creencia en que siendo íntegro no tendría nada que temer, fueron sus rasgos distintivos, por no nombrar su romántico continente, al que ni siquiera los excesos y la fatalidad pudieron robar el atractivo.


Un ángel perdido en el río salvaje de Hollywood, se vio sitiado por torturas que no podía confesar a nadie. Pero nunca desertó de su puesto, de sus ideales. Un corazón solitario maltratado por la vida, que se empeñaba en cerrarle el camino, en negarle el paso a la eternidad.

Monty se enfangó en los pantanos, quiso probar el fruto del árbol prohibido, y salió a la vez vencedor y vencido. Vencedor, porque no se doblegó a las exigencias comerciales en su breve e intensa carrera cinematográfica. Vencido, porque fue siempre uno de esos inadaptados, la pieza que no encaja nunca en el rompecabezas; la felicidad le cerró las puertas de manera injusta, y él, desesperado, no quiso seguir golpeándolas.



Filmografía de Montgomery Clift (1920-1966)

1948: "Red River" (Río Rojo) Howard Hawks

1948: "The Search" (Los ángeles perdidos) Fred Zinnemann

1949: "The Heiress" (La heredera) William Wyler

1950: "The Big Lift" (¡Sitiados!) George Seaton

1951: "A Place in the Sun" (Un lugar en el sol) George Stevens

1952: "I Confess" (Yo confieso) Alfred Hitchcock

1952: "From Here to Eternity" (De aquí a la eternidad) Fred Zinnemann

1952: "Stazione Termini" (Estación Termini) Vittorio de Sica

1957: "Raintree County" (El árbol de la vida) Edward Dmytryk

1958: "The Young Lions" (El baile de los malditos) Edward Dmytryk

1959: "Lonelyhearts" (Corazones solitarios) Vincent J. Donohue

1959: "Suddenly, Last Summer" (De repente el último verano) Joseph L. Mankiewicz

1960: "Wild River" (Río salvaje) Elia Kazan

1961: "The Misfits" (Vidas rebeldes) John Huston

1961: "Judgment at Nuremberg" (Vencedores o vencidos) Stanley Kramer

1962: "Freud" (Freud/Pasión secreta) John Huston

1966: "L'espion" (El desertor) Raoul Lévy

 

http://www.imdb.com/name/nm0001050/


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